Un agente de la CIA realizaba entonces un paseo controlado siguiendo la misma rutina, transitando por la misma acera o aparcando su coche en el mismo lado de la calle. Así, cuando intentaba realizar una entrega a otro agente, cambiaba de ubicación, creando un “espacio ciego” de apenas unos minutos.
Sus vigilantes, sedados por la monotonía de la misma rutina del agente vigilado, ni se percataban del pequeño cambio de lugar. El agente de la CIA regresaba a su itinerario de inmediato, aparcaba el coche o continuaba el trayecto de su paseo habitual, pero ya había pasado la información de alto secreto. El truco de la línea ciega había funcionado.
“Los magos manipulan las líneas de vista para crear ilusiones. Nuestra posición estratégica puede ser empleada para engañar nuestro sistema visual”, según narra el ensayo Los engaños de la mente (Destino, 2012), de los neurocientíficos Stephen L. Macknick y Susana Martínez-Conde.
En este libro, los autores realizan un recorrido pormenorizado por los más famosos trucos de magia de toda la historia, como los de las mujeres serradas por la mitad, las cucharas que se doblan o las sillas que desaparecen. Aquí, Macknick y Martínez-Conde nos descubren cada uno de esos trucos, con todo detalle y advertencias, bajo un método científico que nos explica que todo está en nuestra mente; y el mago lo sabe.
La historia de John Mulholland, mago instructor del contraespionaje, emerge también en este tratado neurocientífico. El reputado prestidigitador estuvo hasta los años 70 trabajando codo con codo con la CIA. Otra de sus lecciones maestras y letales fue cómo usar en el espionaje el denominado “desvío de atención” para sedar o asesinar con veneno a los contrincantes.
El ejemplo más determinante era cómo debía actuar el agente secreto de la CIA, cuando pedía fuego para su cigarrillo. Con ese gesto característico, centraba así la atención de su interlocutor. Mientras tanto, su otra mano dejaba una píldora envenedada en la copa de su víctima.
Este y otros trucos estaban allí, en aquellos dos manuales de magia para espías escritos por Mulholland. Sin embargo, en 1973, ambos tratados se destruyeron por orden del entonces director de la CIA, Richard Helms.
¿El motivo? Los autores de Los engaños de la mente culpan a un fallido magnicidio. Aquellos intentos frustrados de asesinar a Fidel Castro con puros explosivos generaron un gran escándalo en la década de los 70. Así, la CIA tuvo que retirar de la circulación aquellos dos manuales de magia y espionaje. Sus resultados -dicen- eran “demasiado imprevisibles”.
Los dos libros ilustrados de John Mulholland salieron posteriormente a la luz gracias a Robert Wallace. Este exagente retirado de la CIA encontró sendas copias intactas. Los publicó en 2007 de manera conjunta con el historiador H. Kieth Melto, bajo el descriptivo título de Manual oficial de la CIA sobre el truco y el engaño.