Bienvenida culposa

¡Bienvenidos a este blog! Lamento decir que comenzaré con una disculpa general: en primer lugar, que en la blogósfera hay demasiados blogs, y este no hace más que sumarse al alegre montón de vituperados amateurs de la cultura. (Me hago cargo de mi inexperiencia y falta de talento.) En segundo lugar, miren si habré dudado de esto que mi primer post es un artículo del gran Umberto Eco con un despliegue de muy razonables críticas a este medio de comunicación. (Me hago cargo de mis contradicciones.) Seguir leyendo Bienvenida culposa

Sarmiento, el Facundo y Rosas

Recomendamos esta clase de la historiadora María Victoria Baratta con el siguiente temario:

Sarmiento y el rosismo. Contexto y motivaciones.

*Civilización y Barbarie. Barbarie Pura. Barbarie institucionalizada.

*Epílogo. Tercera parte y fin del rosismo.

Bibliografía:

Sarmiento, Domingo Faustino, Facundo, varias ediciones.

Bibliografía de apoyo sugerida:

  1. Botana, Natalio. La tradición republicana. Buenos Aires: Sudamericana, 1984.
  2. Campobassi, José Salvador. Sarmiento y su época. Buenos Aires: Losada, 1974.
  3. Halperín Donghi, Tulio. Proyecto y construcción de una nación (1846-1880). Buenos Aires: Ariel, 1995.
  4. Palti, Elías, El momento romántico. Lenguaje, política e historia en el Siglo XIX argentino. Buenos Aires: Eudeba, 2009.
  5. Romero, José Luis. Las ideas políticas en Argentina. Buenos Aires: F.C.E., 1984, cap. V.
  6. Terán, Oscar. Historia de las ideas en Argentina. Diez lecciones inaugurales, 1810-1980. Buenos Aires: Siglo XXI. 2008.
  7. Wasserman, Fabio. Entre Clío y la Polis. Conocimiento histórico y representaciones del pasado en el Río de La Plata (1830-1860). Buenos Aires. Editorial Teseo. 2008

Una historia general del período: Ternavasio, Marcela. Historia de la Argentina 1806-1852. Buenos Aires Siglo XXI. 2009.

Las otras fotos de la mujer que nunca quiso ser el rostro de la Gran Depresión

En Verne El País

Destitute pea pickers in California. Mother of seven children. Age thirty-two. Nipomo, California
Destitute pea pickers in California. Mother of seven children. Age thirty-two. Nipomo, California.

Su fisionomía no reflejaba su edad, tan solo 32 años, aunque sí las consecuencias de la brutal crisis económica que vivía Estados Unidos tras el crac del 29. Hace justo 80 años, Florence Owens Thompson, madre de siete hijos que enfrentaba la pobreza en un campamento provisional de California, se convirtió en el rostro de la Gran Depresión gracias al retrato titulado Madre migrante. Posó ante la cámara de Dorothea Lange, considerada el mayor talento de la fotografía documental del siglo XX, pero no se alegró de ser el símbolo de una era.

Parecía uno de los personajes de Las uvas de la ira de Steinbeck, pero Dorothea Lange compuso el retrato como si fuera el de una de las vírgenes que protagonizaban la pintura del Renacimiento. «Me acerqué a esa madre hambrienta y desesperada, como atraída por un imán. No recuerdo cómo expliqué mi presencia ni la de mi cámara, pero sí recuerdo que ella no hizo preguntas. Disparé cinco veces, cada vez más de cerca. No le pregunté su nombre o su historia. Me dijo su edad, que tenía 32 años. Me contó que había estado sobreviviendo con vegetales de los campos cercanos y de pájaros que los niños cazaban», contaba Lange en el libro Popular Photography, publicado en 1960 y cuya cita recoge la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos.

«Había vendido las ruedas del coche para comprar comida. Allí estaba sentada, rodeada de sus hijos y parecía saber que mis fotografías podían ayudar, tanto a ella como a mí. Había algo de ecuanimidad en ello», relataba la fotógrafa.

Era la imagen de un jueves negro que había asolado vidas enteras. Cuando se tomó esta instantánea, habían pasado casi siete años del crac de 29. La producción en Estados Unidos había descendido a la mitad, casi tanto como los salarios, y el sector empresarial y financiero estaba en quiebra. La semilla de esperanza que había plantado Franklin D. Roosevelt al llegar a la Casa Blanca en 1932 no había dado sus frutos, algo a lo que había contribuido la sequía que sufría buena parte del país y que destruía toda capacidad de recuperación de la población rural.

Por eso, en 1935 se creó la Farm Security Administration (FSA), un programa gubernamental que intentó sin éxito reactivar el sector agrícola y controlar su elevada tasa de desempleo. La Sección Histórica era el brazo cultural de esta iniciativa, que convocaba a fotógrafos como Dorothea Lange, Jack Delano y Arthur Rothstein para que mostraran al mundo la situación que enfrentaba Estados Unidos.

El Dust Bowl, considerado uno de los desastres ecológicos de mayor impacto del siglo pasado, seguía provocando insistentes sequías y Lange, quien hasta entonces era conocida por retratar a los clanes más acomodados de Nueva York durante los felices 20, decidió centrarse en sus consecuencias. Familias enteras abandonaban sus granjas en el oeste del país y así es como la fotógrafa coincidió con Florence Owens Thompson.

«Me siento explotada»

En ese éxodo acuciado por el clima y la crisis económica, ella y su marido transitaban con sus siete hijos por la autopista 101 hacia Watsonville cuando su coche se averió y se redirigieron de manera temporal al campo de recolección de guisantes de Nipomo, aunque no trabajaban allí. A pesar del valioso testimonio de la fotografía, su principal detractora fue su protagonista. La madre de familia odiaba haberse convertido en el estereotipo de la novela de Steinbeck, contaba años después uno de sus hijos al documentalista Geoffrey Dunn.

Continuar leyendo el artículo en Verne.

Las fotografías están a disposición de manera libre en The New York Public Library.

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Augusta Ada Lovelace: la creadora del primer programa de computación

ADA LOVELACE 2En 1844, mientras Morse mostraba su telégrafo en Estados Unidos, los científicos británicos discutían una investigación publicada recientemente por alguien de quien sólo se conocían sus iniciales: A.A.L. El trabajo trataba sobre el Motor Analítico, una máquina mítica que había sido desarrollada por el matemático inglés Charles Babbage.

A.A.L. explicaba cómo esta máquina podía manejar operaciones complejas, pero también divisaba un tiempo en el que este artefacto podría encarar toda clase de tareas, tales como crear música.

Veinte años después de la muerte de A.A.L., se hizo público que se trataba de Augusta Ada Lovelace, que resultó ser hija –aunque separada de su padre- del ilustre poeta Lord Byron.

Mientras nunca se completó la máquina de Babbage, el grupo de comandos creados para ésta por Lovelace con el objetivo de generar números Bernoulli, es considerado el primer programa de computación. Charles y Ada estaban adelantados en un siglo a su época.

(Fuente: I fucking love science)

¿Querés saber más sobre el tema?

Ada Lovelace, la primera programadora de la historia

Augusta Ada Byron King en la página del Museo de la Informática de la Universidad Politécnica de Valencia.

Augusta Ada King,  Condesa de Lovelace en Revista de Historia de la Matemática.

 

Roque Sáenz Peña. Un artífice de la Argentina moderna

A 100 años de su muerte, cobra fuerza su legado como hombre capaz de gobernar por encima de sus simpatías y sus odios personales en beneficio del país.

Por María Saenz Quesada  | Para LA NACION

Roque_Saenz_PenaEn la «batalla cultural» que viene librando el gobierno nacional para lograr la reescritura de la historia argentina, el kirchnerismo peronista asume el papel de salvador del pueblo, víctima hasta su llegada al poder de distintas expresiones políticas contaminadas por el liberalismo. Desde esa perspectiva extremista, es poco lo que queda de la historia política de los siglos XIX y XX. Y lo curioso es que hoy se insista en hablar de la responsabilidad del Estado nacional y, al mismo tiempo, se reniegue de la contribución de los gobiernos liberales y conservadores a su construcción. Dicha labor, colocó a la República Argentina en un sitio respetado en el orden mundial, cuya solidez se puso a prueba cuando estalló la Primera Guerra Mundial, un conflicto en el que se mantuvo neutral y en paz con sus vecinos.

Precisamente en coincidencia con el estallido de la guerra, el 9 de agosto de 1914, falleció en Buenos Aires, en su residencia particular de Santa Fe y Billinghurst, el presidente Roque Sáenz Peña, uno de los artífices de la construcción de la Argentina moderna. La muerte del presidente, en el cuarto año de su mandato, conmovió al país. Una multitud de muy diferente extracción social y pertenencia partidaria acudió a las exequias.

«El entierro fue la mayor aglomeración humana que hasta entonces se realizara en Buenos Aires», afirmaron testigos calificados. «Todo el país lo amaba [.] Es que representaba y representó desde el advenimiento de su candidatura el papel de un redentor, sincero y puro, como es siempre un redentor», observó el politólogo Rodolfo Rivarola, en busca de una explicación al carácter masivo del homenaje. Seguir leyendo Roque Sáenz Peña. Un artífice de la Argentina moderna

Las mejores fotografías de la II Guerra Mundial

Publicado por

La actualidad tiene la fastidiosa costumbre de transcurrir al ritmo que le da la gana y no al que convendría a los medios, así que puede haber largas temporadas sin que ocurra nada demasiado relevante y luego en unos pocos días acumularse una extraordinaria sucesión de acontecimientos de gran trascendencia. Ahora estamos viviendo lo segundo. Los conflictos en Ucrania, Palestina, Siria o Irak están proporcionándonos a diario fotografías impactantes que retratan el horror de la guerra. Sin embargo no podremos aún conocer el valor histórico de cada una de ellas, el significado y la carga simbólica que puedan contener, hasta que los relatos de esas guerras estén concluidos. Por ello es interesante remitirse a la Segunda Guerra Mundial. Ya quedó perfectamente terminada, sabemos qué acontecimientos en ella fueron decisivos y qué imágenes son las más descriptivas de cada uno. Muchas de ellas las hemos visto en numerosas ocasiones, así que aquí las reunimos para saber un poco más qué hay tras ellas.

Niño entre las ruinas de Varsovia

Polish_kid_in_the_ruins_of_Warsaw_September_1939

La fulminante invasión de Polonia en septiembre de 1939 dio comienzo a la Segunda Guerra Mundial. Su capital fue duramente bombardeada por la Luftwaffe y el fotógrafo estadounidense Julien Bryan estuvo presente aquellos días, lo que le permitió retratar a un niño entre las ruinas que es la viva imagen de la tristeza.

San Pablo sobrevive

La noche del 29 de diciembre de 1940 tuvo lugar otro de los incontables bombardeos sobre Londres, con los que Hitler quería doblegar a la población inglesa, forzar su rendición y poder centrar así su atención en el Este. Tras el ataque, el cineasta y fotógrafo Herbert Manson se subió al tejado de la redacción del Daily Mail y fotografió entre el humo la catedral de San Pablo, que parecía erigirse intacta sobre la destrucción. La imagen ocupó la portada del periódico y se convirtió en un esperanzador símbolo de resistencia ante un enemigo que por entonces parecía imbatible. Seguir leyendo Las mejores fotografías de la II Guerra Mundial