ANOTÁ ESA FRASECITA

Esta página es la típica columna de «frases célebres». Es decir, aquellas que cuando uno las lee, se dice a sí mismo: «¡Pero qué pícaro este tipo!» o algo por el estilo. En fin, la clase de enunciado que no saldría jamás de la boca de uno, o del cerebro de uno. Disfrutemos de la brillantez, de la agudeza, de la verba o del descaro  infame de los ilustres del pasado.

Publicaremos una cada tanto en forma de textito en la columna 1 y cuando nos cansemos, la almacenaremos aquí.

El chistoso Churchill:

Se atribuyen los siguientes diálogos al célebre primer ministro británico:

El primero: «Mrs. Astor: Mr. Churchill, si yo fuera su mujer, envenenaría su café.
Mr. Churchill: Mrs. Astor, si yo fuera su marido, lo tomaría.»
Y en otra ocasión:
«La Dama: Oh, Mr. Churchill, está usted borracho.
Mr. Churchill: Es posible, Madam, pero usted es horrible, y mañana yo estaré sobrio.»

(En: Adolfo Bioy Casares, De jardines ajenos, p.24.)

Me dan ganas de aplicarle a Churchill una de mis frases de cabecera: «¿Siempre generando cariño, Winston?».

Del gran Bertrand Russell:

«No me suicidé porque deseaba aprender más matemática.»

Sin palabras…

Dijo el escritor italiano Italo Svevo (1861-1928) a alguien cuya identidad desconocemos:

«Usted tiene razón, pero es un imbécil.» (¡Tomá!)